En un buen negocio mediante el cual se pagan hasta favores políticos se ha convertido el alquiler de edificios para
las dependencias del Estado. Sólo en 8 instituciones consultadas por Revistazo.Com, el Estado eroga más de dos millones de dólares anuales. Las exorbitantes cantidades salen del bolsillo de la población y se emiten en detrimento de los servicios básicos que se podrían sufragar para comunidades pobres de Honduras.
