Históricamente, el derecho a la educación no se ha garantizado en Honduras y en los últimos años, la situación ha empeorado. Para 2020, Honduras, junto a Guatemala, eran los países en Centroamérica peor calificados en estudios sobre niveles educativos. Los años de escolaridad promedio para Honduras eran de 6.9, mientras que para Panamá eran 10.21. Los artículos 151, 152, y 178 de la Constitución de la República establecen la responsabilidad del Estado de garantizar el acceso a una educación de calidad a la población. Esto no se ha realizado en su totalidad.
Una baja escolaridad y un sistema educativo que no propicia mejoras constituyen una gran amenaza para el desarrollo humano y socioeconómico de los y las hondureñas. Según la Encuesta Empresarial de Honduras 2017, “la falta de capital humano adecuado es uno de los siete principales obstáculos que plantea el entorno de negocios a las empresas hondureñas para su buen desarrollo”. Un sistema educativo débil abona a ciclos de pobreza sin fin.
La educación en Honduras muestra grandes retrocesos en la cobertura, la eficiencia, la equidad, el financiamiento y estancamientos preocupantes en la calidad, rendición de cuentas, transparencia y monitoreo, así como en la gestión del recurso humano. Es imperativo que el tema educativo esté en el primer plano de la agenda social y del actual gobierno, solo de esta forma se realizarán cambios y mejoras importantes al sistema, orientados a lograr una mejor calidad y equidad en el mismo.
